30 julio, 2009
El pueblo no quiere repetir la historia!

El gobierno de facto acusa al depuesto presidente Manuel Zelaya de violar la Constitución, pero el verdadero fundamento del golpe es el viraje del conservadurismo neoliberal hacia una posición la autonomía regional que propone la Alternativa Bolivariana. Por eso la población repudia masivamente a los golpistas y exige el retorno de Zelaya y la democracia.

El 27 de noviembre del año 2005, José Manuel Zelaya, representante del partido liberal, ganaba las elecciones en su país con más de un 50 por ciento de votantes a su favor.

Durante aquella jornada de escrutinios se presentaron a las urnas cerca de cuatro millones de hondureños dispuestos a defender, por séptima vez consecutiva en 24 años, el sistema democrático de su país. El mismo fue recuperado en 1981 luego de que los militares, que gobernaron por casi dos décadas, derrocaran a tres presidentes civiles entre 1957 y 1972.

Cuatro años después los hondureños perdieron lo que ese día fueron a defender. Los militares, avalados por la Corte Suprema y el Congreso, volvieron a tomar el poder por la fuerza tras secuestrar al Presidente y destituirlo, acusándolo de "reiteradas violaciones a la Constitución y a las leyes”.

El punto desencadenante fue que el Presidente depuesto tuvo la intención de consultar al pueblo para una posible reforma constitucional, pero, desde ya, el real motivo de su derrocamiento comienza mucho antes de este hecho.

Zelaya desde un principio entendió que para Honduras era muy difícil lograr un avance, tanto en lo económico como en lo social, si basaba sus esperanzas en las estructuras neoliberales allí imperantes hasta el momento. Por esto el primer mandatario (integrante del partido conservador) comenzó a tomar un rumbo en sus decisiones que no era esperado por sus pares políticos (por ejemplo, el aumento del 9,7 por ciento en el salario mínimo para los trabajadores en 2007 y, en agosto del año pasado, la incorporación del país centroamericano a la Alternativa Bolivariana para las Américas - ALBA - )

Este último punto fue de suma importancia para lo que se desencadenó el pasado mes. Esto es porque durante años Honduras había mantenido un fuerte lazo con Estados Unidos y hasta había apoyado la intención de la creación del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), que, desde el punto de partida, es la contracara de la Alternativa Bolivariana. Es por esto por lo que no debe sorprendernos que una de las primeras medidas que planteó el gobierno de facto luego del derrocamiento fuera la posibilidad de dejar de ser miembros del ALBA.

Sin embargo no es un dato menor destacar el masivo repudio a lo ocurrido en este país por los mandatarios de los distintos lugares del mundo y por los mismos ciudadanos hondureños. Esto demuestra que el pueblo no quiere repetir la historia y que se debe respetar la democracia por sobre todas las cosas. Es por esto por lo que se debe declarar de suma importancia la inmediata reincorporación de Manuel Zelaya al puesto presidencial.

Por Julieta Vieyra (CISPREN)

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