02 mayo, 2009
-Un SARNAGO cualquiera... -

Hace poco más de 2 o 3 días (la fecha realmente no importa) o 2 o 3 semanas (como dije la fecha no importa) salímos de la facultad en bandada/jauría/cardumen, (o como más te guste) junto con mis compañeros de grupo. Entre el sueño que me dominaba ese día y la catedra que no hacía sus meritos para ganarse el titulo de "materia de 3º año de la Licienciatura en Com. Social, de la escuela de cs de la inf de la Universidad Naciona de Cordoba" los animos estaban bajos. Pero entre mis queridos amigos/compañeros de esta etapa de mi vida siempre surge algo que levanta un poco la situación. Esta vez fue una frase (casi siempre lo es...): "y si nos tomamos una cerveza?"

Nos miramos y no hubo objeción al respecto.

Nuestro deposito favorito de cerveza (luego de 4 años en la facultad) es por excelencia un quiosco que de manera humilde (aunque con precios no tan humildes) se autodenomina "De paso".

Cruzamos la agitada avenida Valparaíso, llegamos al mostrador esquivando las sillas y las mesas (al parecer no eramos los unicos con la cerveza en la cabeza) y procedimos a realizar el intercambio comercial...

-"hola...como estas.. dame un quilmes"
-"7$ chicos"
-"uuuh... cada vez más cara"

-"..." (el silencio decía mucho más que cualquier palabra)

Notamos que las condiciones al regateo no eran las óptimas. Sumisos entregamos el dinero.
"Por lo menos está fría..." y tras esas palabras de consuelo nos aventuramos a encontrar el lugar perfecto para el brindis y el agasajo.

El pasto siempre parece ser uno de los mejores sitios. Nuevamente esquivando mesas y sillas nos alejamos un poco, y como quienes se acuestan en un colchon de pluma (vienen? se de las almohadas, pero no de colchones.. mucho menos se si son cómodos, pero en fin, realmente importan tantas palabras?), nos desplomamos sobre el pasto color esperanza, como lo hubiera definido Diego Torres...

Entre cerveza, papas y manies (si ya se, nos quejabamos del precio de la cerveza pero aún así compramos comida... y bueno, es que así somos, ustedes entienden, simplemente, mmm, "así"), compartíamos palabras, historias, anécdotas, opiniones, sonrisas, risas, carcajadas, chistes, burlas... y por sobre toda las cosas, compartíamos tiempo (tendrá algo que ver con el tiempo compartido?)

Cada uno puede gastar el tiempo como quiere... y nosotros elegimos gastar nuestro tiempo en los demás.

En todo este ir y venir sin movernos del lugar, uno de nosotros habla de la vez que un profesor de la facultad le dio un consejo a la clase.

El profe en sí es bastante particular. En terminos académicos no es el mejor profesor del mundo (tampoco el peor) pero su riqueza se encuentra en su calidad de ser humano. Son de esas personas que parecen que no se van a enojar nunca y que si te tuviera que subir un punto para que no te quedés libre o para que promociones la materia, es muy probable que lo haga.

Es alguien que vive en su propio mundo. Tanto así que puede estar mirando y escuchando como la alarma de su auto suena y no darse de que esta sonando SU alarma. Tanto así que son los alumnos quienes le avisan "profe, ese no es su auto" "uy, sí... tenes razon... me olvido que tengo alarma"

Bueno, de ese profesor salieron las siguientes palabras, reproducidas en la ronda de cerveza, grabadas en un marmol de mi memoria y ahora volcadas en un espacio virtual pero que cada día parece que se hiciera más físico.

"Chicos, ustedes saben porque los niños son tan felices?
Porque se sorprenden a cada rato...
Para ellos el mundo es nuevo.
Todo es nuevo...
Todo es una sorpresa...
Descubren cosas nuevas a cada rato. y se apasionan por encontrar más.

Por eso...
No pierdan nunca la capacidad de sorprenderse.
Sean como los chicos, redescubran el mundo a cada instante...
Nunca pierdan la pasión.
Nunca dejen de sorprenderse"


No se si es un gran consejo o no. No soy nadie para decidir eso... y no se si hay alguien que sea capaz. Tampoco me importa mucho...

Pero a mi si me parece importante, y no se ustedes, pero yo quiero sorprenderme a cada instante.

Quizas ahora entiendo un poco más al profe... y quizas por eso no para la alarma del auto. Quizas le encanta sorprenderse y descubrir que es su alarma, su auto, lo que suena.

4 comentarios:

  • M

    me encantaaa meeeeee... me quedé sorprendida... y es más me hubiera gustado haber cursado las materias cnonnn ell ... pero los horarios no dannn o dabann :(

    a dejar q la vida nos sorprenda.. me parece q.. es un buen consejo.

  • Rod/73

    si.. es un lindo consejo la verdad... creo q es lo q mas me quedo de sarnago =D y me acuerdo siempre de su cara cuando le dijimos que era su auto jajaja =)

  • Martín Ibañez

    me copo lo q tiro el profe, muy lindo que reproduscas esas palabras! abrazo!